OCHOA: Lent with love
February 27, 2024
Evita Tiro Wada, a farmer, helps maintain a demonstration plot started by CRS to help farmers in Lewobele Village in Indonesia adapt to disasters and climate change. These natural disasters make it difficult for people like Evita Tiro Wada to grow food. To help her family and community, Evita participated in a Catholic Relief Services’ program. She joined a disaster preparedness group, which helps people stay safe during emergencies. (Photo by Benny Manser/Catholic Relief Services)
This year, Ash Wednesday coincides with Valentine’s Day. This unique occurrence makes us consider the many ways we are called to “love one another.” Traditionally, the day focuses on romantic love. Yet, as the Lenten season begins this year, we can look more deeply at “agape love” — the love that draws us out of ourselves to care for the needs of others.
If we open our minds and hearts, we begin to see the many needs around us: children, the elderly, and people facing sickness, disabilities and challenges of all kinds. If we look even deeper, we see these challenges exacerbated by poverty, violence and natural disasters.
Through various structures, the Catholic Church has developed ways for its members to respond to the needs of others around the world. Through the Pontifical Mission Societies, we help build churches, seminaries, schools, and clinics in struggling areas around the world. Through Catholic Relief Services (CRS) Lenten program, we respond with the corporal works of mercy — feeding and sheltering our international brothers and sisters in need.
CRS is the official international relief and development agency for the United States Catholic Conference of Bishops. Founded in 1943 to respond to the aftermath of war, this organization offers Americans an opportunity to support a wide variety of hunger and poverty alleviation programs.
From instruction in good farming techniques with chickens and goats to financial and loan management, CRS staff members in over 100 countries help people improve their living conditions with dignity and respect.
CRS has also developed an educational program and an organized approach for donation collection with posters and boxes that can be ordered at crsricebowl.org. Started 50 years ago, U.S. CRS Rice Bowl guides Catholics to a better understanding of the living situations faced by families in other countries. Each year, three spokespersons tell their “Stories of Hope” — from Asia, Africa and Latin America. This year, the featured videos are from El Salvador, Uganda and Indonesia, depicted on www.CRSRiceBowl.org.
A Lenten calendar, included inside the Rice Bowls boxes can also be downloaded from the website, offering a prayer, fasting or almsgiving activity for each day of Lent. Recipes of the meals eaten in other countries are included, as well as suggestions for home and parish gatherings and Lenten prayer services.
At the conclusion of Lent, donations shared are gathered by diocesan directors and sent to the national CRS office in Baltimore for distribution to the worldwide programs.
Twenty-five percent of funds raised are retained by a diocese to be used for local hunger prevention programs. In the Archdiocese of Galveston-Houston, the outreach programs at St. Justin Martyr, St. Leo the Great and Our Lady of Guadalupe-Baytown parishes recently received funds from 25% of the Archdiocese’s total CRS collection.
CRS Rice Bowl has adopted the slogan “For Lent, For Life.” This year, with the start of Valentine’s Day, we can add, “For Lent, For Life, For Love.” May we expand our expression of love to include the parents, grandparents, children, brothers and sisters around the world who will receive sustenance and support through CRS Rice Bowl. †
Hilda Ochoa is the director of the Mission Office.
OCHOA: Cuaresma con amor
Este año, el Miércoles de Ceniza coincide con el Día de San Valentín. Este hecho singular nos lleva a considerar las muchas maneras en que estamos llamados a “amarnos unos a otros”. Tradicionalmente, el día de San Valentín se centra en lo que conocemos como amor romántico. Sin embargo, al comenzar la temporada de Cuaresma este año, podemos mirar con mayor profundidad a lo que se llama “amor ágape”, el amor que nos hace salir de nosotros mismos para enfocarnos en las necesidades de los demás.
Si abrimos nuestra mente y nuestro corazón, comenzamos a ver las muchas necesidades a nuestro alrededor. Niños, ancianos, personas que enfrentan enfermedades, discapacidades y desafíos de todo tipo. Si miramos aún con mayor detenimiento, vemos estos desafíos exacerbados por la pobreza, la violencia y los desastres naturales.
A través de diversas estructuras, la Iglesia Católica ha desarrollado maneras en las cuales sus miembros puedan responder a las necesidades de los demás alrededor del mundo.
A través de las Obras Misionales Pontificias, ayudamos a construir iglesias, seminarios, escuelas y clínicas en áreas de mayor pobreza alrededor del mundo. A través del programa cuaresmal Operación Plato de Arroz de la organización Catholic Relief Services (CRS), respondemos uniendo nuestros corazones con Dios y con el prójimo.
CRS es la agencia oficial internacional de ayuda y desarrollo de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos. Fundada en 1943 para responder a las secuelas de la guerra, esta organización con presencia en 120 países, sirve a más de 85 millones de personas ayudando a las poblaciones más vulnerables, sobrevivientes de desastres naturales y emergencias. Una vez satisfechas las necesidades inmediatas de alimentación, agua y albergue, CRS les proporciona una variedad de programas de reconstrucción con el fin de ayudarles a mejorar sus condiciones de vida ofreciendo soluciones sostenibles que puedan crear un impacto duradero.
Para la población católica de los Estados Unidos, CRS ha desarrollado un programa cuaresmal llamado CRS Plato de Arroz.
Mediante dicho programa que comenzó hace 50 años, se nos invita a responder mediante la oración, el ayuno y la limosna al mismo tiempo que reflexionamos y conocemos las situaciones que enfrentan las familias en otros países. Cada año, se presentan tres “Historias de Esperanza”. Este año, los videos destacados son de El Salvador, Uganda e Indonesia, representados en www.CRSRiceBowl.org.
También se puede descargar del sitio web un calendario de Cuaresma, incluido dentro de las cajas de los Platos de Arroz, que ofrece una actividad de oración, ayuno o limosna para cada día de Cuaresma. Se incluyen recetas de comidas originarias de otros países, así como sugerencias para reuniones y servicios de oración.
Al concluir la Cuaresma, los directores diocesanos reúnen las donaciones compartidas y las envían a la oficina nacional de CRS en Baltimore para su distribución a los programas mundiales. El 25% de los fondos recaudados se retienen en la Arquidiócesis para utilizarse en programas parroquiales de ayuda a los necesitados de la localidad. En la Arquidiócesis de Galveston-Houston, las parroquias beneficiadas recientemente fueron St. Justin Martyr, St. Leo the Great y Our Lady of Guadalupe en Baytown.
CRS Rice Bowl ha adoptado el lema “Por la Cuaresma, por la vida”. Este año, con su inicio el Día de San Valentín, podríamos agregar: “Por la Cuaresma, por la vida, por el amor”. Oremos por poder extender nuestra expresión de amor para incluir a los padres, abuelos, hijos, hermanos y hermanas de todo el mundo que recibirán sustento y apoyo a través del programa Operación Plato de Arroz de CRS.
Hilda Ochoa es la directora de la Oficina de Misiones.