HERRERA: La importancia de la catequesis de los adultos

July 12, 2022

El Directorio para la Catequesis menciona que la catequesis en la vida de las personas es decisiva, especialmente cuando se menciona la catequesis de adultos, que sigue siendo prioritaria y que debemos poner todos nuestros esfuerzos para apoyar en esta área.

La catequesis de adultos tiene que ser el punto de referencia que inspire cualquier forma de catequesis [formación]. De hecho, San Juan Pablo II escribía en su exhortación apostólica Catechesi Tradendae,

“Esta es la forma principal de la catequesis porque está dirigida a las personas que tienen las mayores responsabilidades y la capacidad de vivir el mensaje cristiano bajo su forma plenamente desarrollada” (no. 43).

Teniendo esto en cuenta, se necesitará personas que reciban el llamado, la formación y la misión de convertirse en catequista de adultos. Pero ¿Qué es un catequista de adultos?

Por lo general, es una persona mayor de edad, quien ha recibido los Sacramentos de Iniciación Cristiana, ha tenido un encuentro personal con el Señor Jesucristo, y ha recibido el llamado y el compromiso de compartir la fe católica con otros adultos.

Por lo tanto, la persona que es catequista de adultos esta llamada a formarse, a capacitarse, a prepararse mejor para servir mejor en la función que estará desempeñando. Esta formación se puede dar en distintos procesos y modelos como retiros, predicas, charlas, videos, conferencias, audios, sesiones de estudios, clases, etc. La persona del catequista de adultos: “Es decisiva la figura del catequista, que es como un acompañante y, al mismo tiempo, un educador capaz de apoyarlos también en los procesos de crecimiento personal” (Directorio para la Catequesis, n. 263).

Por ende, las personas que son invitadas y llamadas a ser catequistas de adultos, y después llegan a coordinar o liderar grupos con adultos deben de estar capacitados y formados tanto en las áreas de catequesis, teología, metodología y psicología, entre otras áreas.

No basta una coordinación administrativa o de simple logística, sino como se menciona en el directorio, estas personas tienen que crecer en la formación humana para poder ser acompañantes y tener la capacidad de establecer y mantener relaciones sanas con los demás.

El catequista de adulto debe de cumplir con ciertas cualidades humanas como la autoestima, seguridad emocional y aceptación de si mismo.

La persona que es catequista de adultos en la fe dentro de la parroquia debe de saber trabajar con otros líderes y agentes de pastoral, en especial con el clero. Debe de respetar y reconocer la autoridad del párroco, los vicarios y del obispo y sus colaboradores. La persona está abierto al diálogo y tiene una capacidad de escucha y reconoce a Cristo en el prójimo.

Ser en vez de hacer, es primordial. Ser catequista de adultos no es llenar un espacio debido a la necesidad que surja en la parroquia, al contrario, ser catequista de adultos es clave en la evangelización e identidad de la parroquia, ya que su finalidad es llevar a otras personas a un encuentro personal con Cristo.

Adrian Alberto Herrera es director asociado para la Oficina de Evangelización y Catequesis.