ALVAREZ: Ministering to ‘all youth’

July 11, 2023

I invite you to reflect on your adolescent years and recall your intermediate years or “middle school” era. Some of our experiences might not look as pretty as others, but I am more than positive we wouldn’t have it any other way. Despite our experiences, adolescence is a beautiful development stage filled with growth and zeal for belonging and learning.

Let’s start by acknowledging that the adolescent brain finishes developing and maturing in the mid-to-late 20s; therefore, until the university years, the brain isn’t fully developed. Knowing that about our brain function, what do we know about the pedagogy of God? Many times, we choose to ignore the theological or spiritual perspective and rely only on the medical or scientific approach. Little did we know, our doctors of the Church studied the same concepts we instill today.

In fact, one of the Fathers of our Church, St. Augustine, who is known as a Master of Teaching the Doctrine, provides numerous principles in his literature.

St. Augustine shares with us how we are to pass on the faith. In De Catechizandis Rudibus, we start by acknowledging the need for faith in our community, and we use sacred Scripture to unpack the foundational void present. If we are living out our baptismal promises, we should be able to see that our youth are studying and applying God’s word, right?

Even at a young age, children mimic what their parents do or what they are influenced by. St. Augustine goes on to tell us to have a mutual respect for the different developmental learning levels persons may have. If you were to look at any classroom, you would find that children are at the diverse basis of learning. In fact, for example, biological twins learn differently, and not one child learns the same way another does. Our Church Father doesn’t just tell us what we already know. He kindly gives us methodology and guidance to reach all learners.

One of the main principles that St. Augustine gives us when catechizing persons with learning differences is the use of similitudes for further explanation. In other words, visual aids may include pictographs, audiovisuals, graphic organizers, flashcards, story kits/books, etc. Any similitude available to aid in the learning process of a person would be considered a helpful and essential apparatus. Visual aids consist of only one tool. If you were to look at adapted curricula, you would find various learning manipulatives.
We all want practical or simple ways to apply instruction but take any educator, and you will find that educating is nothing simple.

Not only are we competing with the world of instant technological gratification, but it also challenges educators to more creatively reach all learners and, at the same time, work with executive functioning skills that may be in the process of developing. If you know a little bit about St. Augustine, you would know that his background was in law. Therefore, St. Augustine, who studied law, spent his early years around intellectual minds but eventually found himself catechizing everyone, including persons who had no educational background or intellectual basis.

Now that we have reflected on our own adolescent years and have studied several principles from St. Augustine, I ask you to put yourself in the shoes of our youth in today’s world. Consider the different factors that surround them and are constantly influenced by. Understanding that our youth are the future, we take responsibility to guide them in our Lord Jesus Christ’s truth.

As our Mother Mary pointed to Jesus and prompted the first miracle, we, too, should be pointing our youth toward Jesus. Ultimately, we are on this pilgrimage together, and we thank God for all the saints before us that had struggles and growth opportunities as well. 

Melissa Alvarez is an assistant associate director with the Office of Evangelization and Catechesis and Ministry with Persons with Disabilities.

 

Un Ministerio para ‘todo adolescente’

Los invito a mirar hacia su pasado y en sus propios años de adolescencia y recordar sus años intermedios o la era de la secundaria. Algunas de nuestras experiencias pueden no parecer tan bonitas como otras, pero estoy más que seguro de que no lo tendríamos de otra manera. A pesar de nuestras experiencias, la adolescencia es una hermosa etapa de desarrollo llena de crecimiento y diligencia por el aprendizaje.

Comencemos reconociendo que el cerebro adolescente termina de desarrollarse y madurar a mediados y finales de los años 20, por lo tanto, es hasta los años universitarios que el cerebro está completamente desarrollado. Sabiendo eso acerca de nuestra función cerebral, ¿Qué sabemos acerca de la pedagogía de Nuestro Señor? Muchas veces, elegimos ignorar la perspectiva teológica o espiritual y confiar solo en el enfoque médico o científico. Nuestros propios Doctores de la Iglesia estudiaron los mismos conceptos que inculcamos hoy en día.

De hecho, uno de los padres/doctores de nuestra Iglesia, San Agustín, conocido como un maestro de la enseñanza de la doctrina, proporciona numerosos principios en su literatura. San Agustín comparte con nosotros cómo debemos transmitir la fe en, De Catechizandis Rudibus, comenzamos reconociendo la necesidad de fe en nuestra comunidad, y usamos la Sagrada Escritura para desempacar el vacío fundamental que está presente. Si estamos viviendo nuestras promesas bautismales, deberíamos ser capaces de ver que nuestros jóvenes están estudiando y aplicando la palabra de Dios, ¿Verdad? Incluso a una edad temprana, los niños imitan lo que hacen sus padres o lo que les influye.

San Agustín continúa diciéndonos que tengamos un respeto mutuo a los diferentes niveles de aprendizaje del desarrollo que las personas pueden tener. En cualquier salón de clases, encontrará que los niños están en diversas bases de aprendizaje. De hecho, por ejemplo, los gemelos biológicos aprenden de manera diferente y ningún niño aprende de la misma manera que otro. Nuestro Padre de la Iglesia no solo nos dice lo que ya sabemos sino también nos ayuda. Él amablemente nos da metodología y orientación para llegar enseñar a todos los estudiantes.

Uno de los principios fundamentales que San Agustín nos da al catequizar a las personas con diferencias de aprendizaje es el uso de similitudes para una explicación más detallada.

En otras palabras, ayudas visuales que pueden incluir pictografías, audiovisuales, organizadores gráficos, tarjetas didácticas, kits de cuentos/libros, etc. Cualquier similitud disponible para ayudar en el proceso de aprendizaje de una persona, se consideraría útil y esencial. Las ayudas visuales constan de una sola herramienta. Si mirara los planes de estudio adaptados, encontraríamos varios manipulativos de aprendizaje.

Todos queremos formas prácticas o simples de aplicar la instrucción, pero tome cualquier educador y encontrará que educar no es nada simple. No solo estamos compitiendo con el mundo de la gratificación tecnológica instantánea, sino que también reta a los educadores a doctrinar de manera más creativa a todos los estudiantes y, al mismo tiempo, trabajar con las habilidades del funcionamiento ejecutivo que pueden estar en proceso de desarrollo. Si sabes un poco sobre San Agustín, sabemos que su formación era en leyes. Por lo tanto, San Agustín, que estudió legislación, pasó sus primeros años alrededor de muchos intelectuales, pero finalmente se encontró catequizando a todos, incluidas las personas que no tenían antecedentes educativos o base intelectual.

Ahora que hemos reflexionado sobre nuestros propios años de adolescencia y hemos estudiado varios principios de San Agustín, les pido que se pongan en los zapatos o en otras palabras en el lugar de nuestra adolescencia en el mundo de hoy. Considere los diferentes factores que los rodean y que constantemente los pueda influenciar. Entendiendo que nuestros jóvenes son el futuro, aceptamos la responsabilidad de guiarlos en la verdad de Nuestro Señor Jesucristo. Así como nuestra Madre María señaló a Jesús en el primer milagro, nosotros también deberíamos de estar apuntando a nuestros jóvenes hacia Jesús.


Por último, estamos juntos en esta peregrinación y damos gracias a Dios por todos los santos que también tuvieron luchas y oportunidades de crecimiento. †

Melissa Alvarez es la subdirectora asociada de el Ministerio con Personas con Discapacidad en la Oficina de Evangelización y Catequesis.

(Photo by Matese Fields/Unsplash)