Cardinal Dinardo calls Catholics back to Mass in the New Year
December 28, 2021
We have entered the season of Christmas, the time of the Church year when we focus our meditations and prayers on the great gift of the Incarnation, God taking on human flesh for our redemption. This is a season of hope, a season when we hold fast to the reality that God is faithful.
For nearly two years now, we have lived through the difficulties of the coronavirus pandemic. At the outset of the pandemic, I enacted several protocols for the celebration of the Sacred Liturgy in order to mitigate against the spread of COVID-19 at our parish churches. Over time, I have adjusted some protocols or given discretion for local pastors to use their best judgment.
In the spring of 2020, I decreed a general dispensation from the obligation to attend Mass on Sundays and Holy Days of Obligation. I did so in order to instill peace of mind among all the faithful, especially those who would sincerely desire to fulfill their Mass obligations while also harboring serious concerns for contracting the coronavirus.
Just as I have made changes to other protocols, I now announce a change for the dispensation from the Sunday and Holy Day Mass obligation. Effective Jan. 2, 2022, the Solemnity of the Epiphany of the Lord, this dispensation is removed for all Catholics within the Archdiocese of Galveston-Houston. The faithful should fulfill their Sunday and Holy Day obligations joyfully and conscientiously.
At the same time, I remind everyone that, from the Church’s law itself, the obligation to attend Mass on Sunday or a Holy Day of Obligation is not morally binding for those who find it impossible to attend Mass, e.g., due to illness, advanced age, caring for a sick person, or being at high-risk for contracting COVID-19 (cf. Canon, 1248). These persons should fulfill their obligations at home through some act of prayer or meditation upon the sacred scriptures for the Mass of the day.
When there was great uncertainty about the manner of transmitting COVID-19, I suspended the use of holy water in our churches. I have recently directed pastors to resume the use of holy water beginning on Sunday, Jan. 2, 2022.
May the peace that comes from the Lord Jesus Christ fill your hearts now and always.
Hemos entrado en la temporada de Navidad, el tiempo del año de la Iglesia cuando enfocamos nuestras meditaciones y oraciones en el gran don de la Encarnación, Dios en carne humana para nuestra redención. Esta es una temporada de esperanza, una temporada en la que nos aferramos a la realidad de que Dios es fiel.
Desde hace casi dos años, hemos vivido las dificultades de la pandemia del coronavirus. Al comienzo de la pandemia, promulgé varios protocolos para la celebración de la Sagrada Liturgia con el fin de mitigar la propagación de COVID- 9 en nuestras iglesias parroquiales. Con el tiempo, he ajustado algunos protocolos o he dado discreción para que los pastores locales usen su mejor juicio.
En la primavera de 2020, decreté una dispensación general de la obligación de asistir a la Misa los domingos y días santos de obligación. Lo hice para inculcar la paz mental entre todos los fieles, especialmente aquellos que desearían sinceramente cumplir sus obligaciones de Misa, al tiempo que albergaban serias preocupaciones por contraer el coronavirus.
Así como he hecho cambios a otros protocolos, ahora anuncio un cambio para la dispensación de la obligación de la Misa del Domingo y del Día Santo. A partir del 2 de enero de 2022, la solemnidad de a Epifanía del Señor, esta dispensación es removida para todos los católicos dentro de la Arquidiócesis de Galveston-Houston. Los fieles deben cumplir sus obligaciones del domingo y del día santo con alegría y conciencia.
Al mismo tiempo, recuerdo a todos que, de la propia ley de la Iglesia, la obligación de asistir a la Misa del domingo o a un día santo de obligación no es moralmente vinculante para quienes encuentran imposible asistir a la Misa, por ejemplo, debido a enfermedad, edad avanzada, cuidado de un enfermo, O estar en alto riesgo de contraer COVID-19 (cf Canon, 1248). Estas personas deben cumplir con sus obligaciones en el hogar a través de algún acto de oración o meditación sobre las sagradas escrituras para la Misa del día.
Cuando había gran incertidumbre acerca de la manera de transmitir COVID-19, suspendimos el uso del agua santa en nuestras iglesias. Recientemente he ordenado a los pastores que reanuden el uso del agua santa a partir del domingo 2 de enero de 2022.
Que la paz que viene del Señor Jesucristo llene sus corazones ahora y siempre.