A Shepherd's Message - Sept. 28, 2021
September 28, 2021
This past May, our Holy Father announced the establishment of a “new” ministry, that of a catechist.
Actually, the word and term “catechist” is quite old, but it was always envisaged and even regarded as a minor work or apostolate of religious education personnel. We find the catechist in the earliest ages of the Church.
By making it a formal ministry, Pope Francis has heard the repeated requests from many parts of the world to honor this especially outstanding work in the life of the Church with a dignity analogous to lector or acolyte.
Already in the New Testament, St. Paul, in his First Letter to the Corinthians, mentions such teachers right after he mentions apostles and prophets. There are certain baptized members of the Church who are charged to transmit in a more systematic, organic and stable form the riches and life of the Church. The word “Catechist” means to echo back something original and momentous.
Catechists are to be marked by their holiness of life, formation in solid faith, and joyful witnessing power. They make palpable the joy of the Gospel.
I will be writing much more on this in a future issue. Right now, it is enough to announce this newness, to thank our catechists, and to invite and urge catechists new and old to come to the ministry now as COVID-19 has reached a point where we are able, as a Church, to come together again and hear God’s word in renewed catechetical formation — as children, adolescents, adults, catechumens and seekers. I hope we will lay aside any hesitations to return to regular sessions in steady joyful study of the Gospel!
Hurricane Ida relief efforts
Please remember the people in Louisiana who have suffered from recent storms.
I am especially concerned with those in the Diocese of Houma-Thibodaux. The devastation is enormous. I have spoken with the bishop there: almost all their parishes have received severe damage.
The infrastructure of the diocese has truly been struck. Be generous in sending offerings not only to the people but also to the local church itself. Thank you!
El pasado mes de mayo, nuestro Santo Padre anunció el establecimiento de un “nuevo” ministerio, el de un catequista.
En realidad, la palabra y el término “catequista” es bastante antiguo, pero siempre se concibió e incluso se consideró como una obra menor o apostolado del personal de educación religiosa. Encontramos al catequista en las primeras edades de la Iglesia.
Al convertirlo en un ministerio formal, el Papa Francisco ha escuchado las repetidas solicitudes de muchas partes del mundo para honrar esta obra especialmente destacada en la vida de la Iglesia con una dignidad análoga a la de lector o acólito.
Ya en el Nuevo Testamento, San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, menciona a tales maestros inmediatamente después de mencionar a los apóstoles y profetas. Hay ciertos miembros bautizados de la Iglesia que están encargados de transmitir de forma más sistemática, orgánica y estable las riquezas y la vida de la Iglesia. La palabra "Catequista" significa hacer eco de algo original y trascendental.
Los catequistas deben estar marcados por su santidad de vida, su formación en una fe sólida y el gozo en su testimonio. Todo eso hace palpable la alegría del Evangelio.
Escribiré mucho más sobre esto en una próxima publicación. Por ahora es suficiente anunciar esta noticia, agradecer a nuestros catequistas e invitar e instar a catequistas nuevos y antiguos a venir al ministerio ahora que COVID-19 ha llegado a un punto en el que podemos, como Iglesia, estar juntos de nuevo y escuchar la palabra de Dios en una renovada formación catequética - como niños, adolescentes, adultos, catecúmenos y buscadores. ¡Espero que dejemos de lado cualquier duda para volver a las sesiones regulares en un estudio constante y gozoso del Evangelio!
Esfuerzos de socorro por el huracán Ida
Por favor, recuerde en sus oraciones a las personas en Luisiana que han sufrido de las recientes tormentas.
Me preocupan especialmente el pueblo de la Diócesis de Houma-Thibodaux. La devastación es enorme. He hablado con el obispo allí: casi todas sus parroquias han sufrido daños graves.
La infraestructura de la diócesis está realmente impactada. Sea generoso al enviar ofrendas no solo a la gente, sino también a la iglesia local. ¡Gracias!